
El reto
El medio ambiente se ha posicionado como uno de los principales indicadores para evaluar el riesgo y la rentabilidad de las actividades económicas. De hecho, los inversores buscan, cada vez más, proyectos alineados con la taxonomía de la UE: actividades que generan un impacto positivo sobre la naturaleza y que no contribuyen negativamente al cambio climático. Esto aumenta la demanda de metodologías y enfoques capaz de cuantificar los impactos negativos y positivos de las empresas sobre el capital natural.
En el Proyecto #EUSKANAT, ayudamos a Enagás a cuantificar el impacto de una estación de compresión de gas sobre los bienes y servicios que aportan los ecosistemas localizados en el entorno de la instalación.