A día de hoy, más del 40% de los ecosistemas terrestres están degradados. Esta degradación pone en peligro a medio millón de especies terrestres de animales y plantas, que están condenadas a la extinción. La Restauración Ecológica es la solución.
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Restauración Ecológica para salvar la biodiversidad
Tenemos que ver la manera de poner límite a la degradación de los ecosistemas e intentar restaurar por todos los medios. Pero ¿tenemos a nuestro alcance restaurar esa biodiversidad perdida o en proceso de perderse?
Desde el marco de la Restauración Ecológica podemos abordar la restauración de la biodiversidad desde perspectivas más o menos interventivas:
- Restauración Ecológica pasiva: desde esta visión, estaríamos planteando una intervención mínima, donde optimizamos el establecimiento de la biodiversidad local. Esto es, por ejemplo, que si queremos restaurar un espacio donde la cobertura vegetal se ha degradado por el pisoteo o el sobrepastoreo, controlando el acceso de personas o ganado podemos asegurar la recuperación del espacio.
- Restauración Ecológica activa: dependiendo del estado de degradación del espacio y de la matriz (entorno) en el que se encuentre, podemos aplicar acciones enfocadas a recuperar las condiciones físico-químicas y a facilitar procesos de dispersión e incluso introducir nuevas especies.

Restauración Ecológica activa
La restauración activa de la cubierta vegetal es el enfoque más común a la hora de recuperar espacios degradados, aunque las plantaciones no siempre sean lo más efectivo. En este sentido, si optamos por introducir especies vegetales estas deberían ser coherentes con el espacio a restaurar (especies autóctonas) y con la historia de usos del territorio (dependiendo del espacio, puede interesarnos incluir especies de las que obtener materias primas).
En España existen algunos manuales que pueden servir de referencia a la hora de restaurar ecosistemas mediterráneos o espacios afectados por infraestructuras de transporte, donde podemos encontrar algunas de las especies vegetales (y sus atributos ecológicos) que pueden emplearse para restaurar.

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¿Qué problemática existe?
Las especies autóctonas no siempre están disponibles en los viveros o se priman especies con una función estética (ornamentales), que en muchos casos pueden comportarse como invasoras. De hecho, un estudio reciente llevado a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha revelado que existen casi 100 especies catalogadas como prohibidas, invasoras o potencialmente invasoras en España que se venden en viveros.
Desgraciadamente, en España encontrar especies invasoras procedentes de acciones de ajardinamiento o que han “escapado” de fincas privadas en espacios con interés de conservación es bastante habitual.